El Museo de la Vagina abrirá sus puertas este 16 de noviembre, en Londres, para permitir que se conozca mejor el sexo femenino y destinado a romper tabús.
En el corazón de Camden, barrio turístico y a la moda, un cartel sobre la puerta de unos antiguos establos que dice "Museo de la Vagina" suscita la curiosidad de los viandantes, según reseñó la AFP.
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Si ya existía una exhibición para el pene, por qué no para la vagina...
Rodeado de tiendas de ropa usada y souvenirs, el lugar será el primer museo permanente totalmente dedicado a esa parte de la anatomía femenina.
"Descubrí que había un museo del pene y no su equivalente para la vagina, así que lo creé", afirma simplemente Florence Schechter, una divulgadora científica que ya había organizado tres exposiciones temporales sobre el tema en los últimos dos años.
Lejos de ser un gabinete de curiosidades, este pequeño museo quiere ser un lugar didáctico para todos los públicos. Su primera exposición temporal está dedicada a los "mitos de la vagina".
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Bajo el título "Si utilizas un tampón puedes perder la virginidad" o "la regla es suciedad", unos carteles desmontan estas afirmaciones con la ayuda de esquemas y argumentos.
Schechter asegura que no se trata solo de educar y mejorar la autoestima, sino también de una cuestión de salud pública.
Todo lo que usted puede encontrar en este museo especializado
Un cuestionario en la entrada del museo invita a los visitantes a probar sus conocimientos.
Una parte de la exposición está dedicada a la higiene. Muestra por ejemplo productos vendidos en el comercio con promesas increíbles, como los "jabones de virginidad" y las cremas que supuestamente aportan firmeza.
"Estos productos perpetúan la idea en la mente de las mujeres de que su vagina no está suficientemente bien", subraya Sarah Creed, comisaria de la exposición.
"¡Lo siento, mamá!"
La menstruación se convierte en algo bello gracias a una escultura de un tampón sobre el cual la sangre ha sido remplazada por brillantes lentejuelas.
Menos glamurosas, también se exponen prendas de ropa interior manchadas con pérdidas vaginales, para recordar que estas secreciones son naturales.
"¡Son mis bragas manchadas!", reconoce la comisaria de la exposición, "las he enmarcado para decir que no hay ningún problema". "¡Lo siento, mamá!", bromea.
Con la nueva ola feminista, "tendremos seguramente más visitantes de los que habríamos tenido hace unos años", dice su directora.
"Creo que estamos viviendo un gran cambio social y somo parte de él", se congratula.
La autorización acordada al museo de vender bebidas alcohólicas preocupa a algunos vecinos del barrio, temerosos de que el lugar atraiga a jóvenes desenfrenados para celebrar despedidas de solteros.
¡Cuidado con esas mentes enfermitas!
Pero quienes busquen excitación erótica corren el riesgo de una gran decepción, porque la exposición es más pedagógica que picante.
Aunque podrán consolarse comprando un pequeño regalo en la tienda del museo, como pendientes o colgantes en forma de vulva o postales que dicen "Viva la Vulva".